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jueves, 10 de enero de 2013

La vergüenza de la soberbia






Hace tiempo que quiero escribir sobre un tema que desgraciadamente ha sido noticia en los últimos dos meses y que nos ha conmocionado a todos: la muerte de cinco chicas en la fiesta de Halloween del Madrid Arena.
Sé que estos temas son difíciles de tratar y muy delicados, pero precisamente, porque me encuentro en mi blog, y con ese fin fue creado, me siento con la libertad  de dar mi opinión al respecto.
Es muy triste que en este país, las soluciones vengan cuando ya es demasiado tarde, y lo podemos comprobar en decenas de casos. Podemos empezar: los dichosos guardarrailes de las carreteras que sesgan cuerpos de motoristas, víctimas de accidentes de tráfico por culpa del mal estado o señalización de las vías, accidentes en pasos a nivel por falta de visibilidad, víctimas en los campos de fútbol por bengalas, centros de ocio o edificios sin las medidas de seguridad oportunas, camiones cisterna que circulan por carreteras secundarias, y un largo etcétera de errores y falta de previsión que han llevado demasiadas veces a un triste y trágico final.
Si hacéis memoria de todo esto que os hablo ha habido algún caso en nuestro pais: Camping de los Alfaques, incendio en Horta en Cataluña, el chico que murió en el campo de Sarriá al impactar una bengala en su pecho, atropello de unos chavales en la estación de Castelldefels por cruzar las vías inadecuadamente, etc...
Cuando escuché la noticia del Madrid Arena, no pude evitar acordarme del caso de la discoteca de Alcalá 20 en Madrid en el 1983. Murieron unas ochenta personas al producirse un incendio y literalmente quedar atrapadas en el local como ratones. 
Hace ya treinta años de aquello y de pronto veo en unas terribles imágenes, chicos aplastados unos encima de otros que luchan por escapar de una muerte segura en un edificio enorme donde nadie sospecharía que algo así pudiera pasar, y me pregunto, " bueno, ¿qué es esto?¿ es que no hemos aprendido nada de los que dejaron sus vidas anteriormente por casos parecidos?"
Estoy segura de que no soy la única que siente rabia e indignación ante estos hechos y más cuando una  imagina que en cualquiera de las situaciones que describo arriba podrían  encontrarse amigos, parientes, hermanos, hijos..
El punto en común de este tipo de fatales accidentes por decirlo de alguna manera, es que casi siempre, los responsables políticos quedan impunes. No puedo expresar con palabras la cara que se me queda cuando veo a según que personalidades que supuestamente representan a los ciudadanos, apareciendo en televisión, dando una serie de argumentos sin sentido, evitando responder con transparencia a los periodistas, contestando con cierta soberbia y prepotencia a cuestiones que todos nos planteamos. No tienen un mínimo de decoro por las familias, sus disculpas son vacías, carentes de cualquier sentimiento humano y compasión, y  además, que es lo peor, se creen intocables.
No puedo entender como alguien que tiene hijos, no hace un ejercicio de empatía, de ponerse en el lugar de esos padres que han perdido a sus hijas tan jóvenes, por culpa de una falta de coordinación, de responsabilidad y buen hacer que les hubiera salvado la vida. 
Es rastrero y vergonzoso, inhumano, que según que personajes todavía consideren que deben ocupar el cargo que ostentan porque consideran que "esto es todo lo que puedo hacer/no es de mi competencia/el culpable es otro". Creen que el ciudadano de a pie es analfabeto e ignorante y que, como si esto se tratara de la antigua Roma, con un partidito de fútbol, y algún despiste más, olvidará lo sucedido y a otro cosa.Pero yo, "sigo en el cargo".
De todas las tragedias, de todos los errores se ha aprendido en este país, pero hay algo que todavía no se ha solucionado, y es la falta de justicia para las víctimas y la devolución de la dignidad a sus familias, porque sencillamente, se podría haber evitado.
Algunos podrían tomar nota del primer ministro  japonés que al haber perdido las elecciones, dimitió porque consideró no haber hecho bien su trabajo, entre otros, el desastre de la central de Fukushima a causa del  tsunami. 
No podemos permitir que nos traten de tontos, no podemos creer en unas  explicaciones carentes de verdad y transparencia, porque no la tienen. 
La vergüenza y la deshonra no es para los inocentes sino para quien, hambriento de poder y  de avaricia, no hizo lo que tuvo y pudo hacer para salvarlos, por pura soberbia.


Anexo.a los que dieron su vida para que nunca más vuelva a suceder.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón,de las victimas nadie se acuerda ,es una pena.besinos

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  2. gracias por tu comentario Encarnita y por leer la entrada! besitos^^

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