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miércoles, 24 de abril de 2013

Los cobardes...son ellos.



Una vez más me asalta la tristeza ante la reciente noticia de la muerte de una joven de Gijón que desesperada por el acoso al que se veía sometida por parte de algunos compañeros del colegio, se lanzó desde un alcantilado.
El acoso escolar o bullying, o como se conoce ahora, no es nuevo.
Desgraciadamente quien más o quien menos, recuerda situaciones vividas en su infancia en las que él mismo u otra persona recibía este tipo de acoso en la escuela.
Personalmente siempre me ha puesto los pelos de punta aquello que se dice de que "son cosas de niños". El tema es complicado y ofrece muchos puntos de vista, desde el mismo niño que recibe el acoso, como el de los profesores,  o el de los padres, pero está claro, que aquí hay algo que no funciona, algo que se pierde en el camino, cuando resulta que al final, la situación acaba en tragedia.
Aquellos que me conocen desde hace años, y me han aguantado en mis interminables conversaciones sobre mi vida (gracias por la paciencia), saben que yo sufrí en mis propias carnes esta situación.
Recuerdo perfectamente, las circunstancias, las personas, los nombres..absolutamente todo; porque cuando algo hiere en lo más profundo del alma, no importa la edad que tengas. Esa herida queda grabada durante muchos años en tu mente, en tu corazón, y lo que es peor, cuando pasan los años, reconoces que ciertas actitudes, comportamientos y reacciones de ti misma, tiene mucho que ver con haber sufrido ese acoso. Luego viene el intento por olvidar, por entender, o simplemente por procesarlo de algún modo que no te afecte, cosa harto difícil.
Siempre fui buena estudiante y buena chica. Esto significa que todavía a día de hoy, me cuesta ver la maldad en los demás, y cuando es tan evidente, que no puedes justificarla de ningún modo, todavía me pregunto cómo ha llegado esa persona a ser así. No lo justifico pero siempre intento buscar el motivo de por qué el portador de la "mala leche" actúa como actúa. 
Cuando uno es niño, no llega a tanto. Sabe que hay chicos buenos, y no tan buenos. Los que dan patadas, los que gritan, los que juegan solos, los que estudian los que no y poco más.
En mi caso, se trataba en concreto de tres chicas. No podría decir exactamente cuando empezó todo, pero los recuerdos se acentúan  más a partir sobretodo de sexto de EGB, es decir cuando teníamos unos doce años.
Para no alargarme, os diré que aunque nunca me pegaron, si que me acosaron a nivel psicológico y mucho; cosa que como dicen muchos psicólogos casi es peor, porque como bien he dicho antes, esas heridas cuestan más de curar y de superar.
Aunque yo no era extramadamente gordita, esa fue la excusa con la que se inició su acoso. Siempre recordaré como un día, entrando en el baño, encontré a las tres chicas, riéndose a carcajada limpia..una de ellas se había puesto la mochila por debajo de la ropa, simulando a alguien de peso, y en aquel momento al verme entrar, me señalaron y dijeron algo así como que aquella a la que imitaban era yo.
En otra ocasión, encontré en mi pupitre escrito con Typex, la palabra "gorda" en letras grandes; esto sin contar, todas las veces, que me pedían los deberes entre amenazas, o que me exigían hojas para escribir, cuando en casa a mi me daban lo justo para ir a la librería y comprar el material suficiente para el cole; esto me suponía un estrés enorme, porque sabía que tarde o temprano tenía que pedirle más dinero a mi madre para comprar más hojas, o bolis, o lo que fuera, y claro está ella me pediría cuentas de en qué gastaba el dinero...
Dejando de lado, las risas e insultos constantes, cuando estábamos en el recreo, la situación más peligrosa que viví si se puede llamar así, fue un día, precisamente saliendo de una papelería.Ni por un momento imaginé lo que se me venía encima. Allí fuera como perros guardianes, estaban las tres chicas, acompañadas de otras compañeras de la clase, que en principio ni pinchaban ni cortaban en aquel asunto, y que quizá fue lo que más me dolió; todas ellas, como digo, detrás de la cabecilla,en  actitud amenazante. Ha sido una de las pocas veces en mi vida en que he pasado miedo literalmente.
Me quedé allí de pie, de alguna manera buscando una salida, analizando la situación, intentando entender qué sucedía. La cabecilla se adelantó y situándose en frente de mi, me dirigió unas palabras del tipo "la próxima vez que hables de mi cuando yo no esté te vas a enterar". La frase estaba cargada de odio, pero ya os digo que fue la situación más que otra cosa lo que me asustó. Nunca habían pasado de los insultos y las amenazas "a distancia", pero aquello era diferente.
Afortunadamente, una vez acabada la EGB, me deshice de ellas. Por aquel entonces, como muchos recordaréis, los dos únicos destinos, una vez acabada la escuela, era el instituto, o BUP, o bien realizar un curso de formación profesional o FP. Evidentemente aquellas chicas no consiguieron las notas adecuadas para ir al instituto.
La pesadilla finalizó entonces pero durante largos años, la desconfianza, y la baja autoestima hicieron mucha mella en mi personalidad. Si bien también es cierto,que gracias a las nuevas amistades que hice en el instituto descubrí otra perspectiva de mi misma y de los demás.
Durante todos estos años, precisamente este tipo de episodios en mi vida, fueron los que de manera indirecta me llevaron a indagar en la psique humana, y en mis ratos libres, no era raro que cayera en mis manos, algún libro de psicología, o de autoayuda como los conocemos hoy en día. Pero la gran salvación vino  de esas maravillosas amistades que conocí después, y de una fuerza, que no se muy bien de donde salió, que fue la que no me dejó caer en la depresión y la desesperación como les ha pasado a muchos chicos hoy en día. 
Me sorprende cuando se insinúa que o bien los chicos, han exagerado los hechos, que o bien es que en su casa no había una estructura familiar adecuada, o como dije antes, que son cosas de críos... otro punto sería, cual es el papel de los profesores, de la escuela, y de los padres, pero es otro tema para otra entrada en este blog.
No sé de qué se sorprenden cuando estos chicos no han dicho nada en casa, y los mismos padres reconocen no tener ni idea de  lo que les sucedía. Yo lo relaciono mucho con el tema de los malos tratos. Estas "personas" consiguen hacerte sentirte tan mal, y despiertan tal miedo en ti, que no te atreves ni siquiera a  comentarlo en casa, precisamente por miedo a que te tachen de "blanda" o de exagerada. Te dejan la autoestima por los suelos, y consiguen que te creas los defectos de los que se burlan.
Yo no soy madre, pero últimamente es más común escuchar en alguna que otra conversación aquello de " yo a mi hijo le digo que no hay que pegar, pero que si hay algún chico que se mete con él constantemente, que se defienda".. bueno, otra discusión sería si a la violencia hay que responder con violencia y si eso conseguiría solucionar algo, pero no es tan fácil, y menos en la sociedad que vivimos ahora, que un chico delate a sus mal tratadores cuando no se siente apoyado por ningún lado, y que sabe que sus acosadores le pueden esperar en cualquier esquina cuando menos se lo piense..
Al final, tragas, cierras los ojos, y esperas que vuelva a llegar la luz del día hasta que todo pase.
Conozco la sensación de sentirse atrapado, de no entender por qué alguien se ceba tanto con uno, y lo que es peor, de cómo hacer para que todo acabe. Desgraciadamente, los chicos toman la decisión equivocada, y la peor salida. 
Independientemente de la edad que se tenga, el respeto por los demás, es lo único que nos distancia de los animales, si eso ya no se enseña, si eso ya no es importante en nuestra sociedad, apaga y vámonos.
Se suele decir "no hay mal que cien años dure...". Lo bueno de todo esto en mi vida, es que con los años, conseguí encontrarme a mi misma, con mis defectos y virtudes, y aunque en todas las épocas de la vida, nos encontramos auténticos "nazis", el secreto está en mantenerse en lo que se es y no dejar que nunca nadie coaccione, lo único que nadie te puede arrebatar, tu libertad individual.
Por cierto, de aquellas tres chicas, no volví a saber nada. A dos de ellas, las vi un par de veces por la calle, y sinceramente su aspecto era lastimoso...por lo que supe después no es que hubieran dirigido muy bien sus vidas. No me alegro, pero en esta vida nuestros actos siempre tienen consecuencias, a través del tiempo y del espacio...
Es triste que un niño o un adolescente cercene su vida por culpa de otros, que nadie haya podido ayudarles, y que hayan tomado una decisión tan drástica en la mayor de las soledades.
No vivimos en un mundo de rosa, y la vida no es justa, pero todo debe llegar a su debido momento y no corresponde que cuando  se debe disfrutar de los amigos, de los juegos, de las salidas, de los primeros novios/as, tu vida sea un infierno. 
Ahora me vienen unas palabras a mi memoria de alguien que apenas me conocía, y al que siempre agradeceré por tan tremendo detalle.. dijo algo así como "eres demasiado buena para que te pisen".
A aquellos que os sentís solos y desesperados, no dejéis que se hagan amos de vuestras vidas, sois más fuertes de lo que creéis, y en el fondo, ellos son los cobardes. La vida es hermosa, y vale la pena vivirla...siempre.


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